El Derecho es un campo amplísimo y complejo. El lenguaje jurídico, a su vez, puede ser sumamente complicado y oscuro, con arcaísmos, terminología especializada, siglas, abreviaturas, frases hechas, latinismos, dobletes y tripletes…
No solo eso: los textos jurídicos son importantes porque tienen un impacto muy directo en los derechos y deberes de las personas (tanto físicas como jurídicas).
Entonces, el traductor jurídico se mueve en un terreno dificultoso y asume una gran responsabilidad cuando el cliente confía en él (o ella) para traducir un documento. Son muchas las competencias y herramientas que necesita para hacer bien su trabajo.
🔗 Conocimientos especializados
El traductor jurídico se mueve entre dos marcos jurídicos diferentes. Tiene que entender cómo funcionan estos ordenamientos, ya que cada uno es un mundo con sus propias leyes y reglamentos, principios, jurisprudencia, prácticas, terminología, etc.
💬 Conocimientos lingüísticos
Los textos jurídicos pueden llegar a ser muy complejos, a veces con frases interminables y de redacción enrevesada. Hay que tener un excelente dominio de las lenguas – tanto de la lengua origen como de la lengua meta – para desentrañar y transmitir con claridad lo que expresa el texto origen.
👓 Especialización
El Derecho es un campo muy, muy amplio. Al igual que los abogados se especializan en áreas concretas del Derecho, es recomendable que un traductor jurídico haga lo mismo (yo trabajo sobre todo con contratos, informes de seguros e informes anuales).
🖊️ Técnicas y estrategias de traducción
A menudo nos encontramos con conceptos que no existen en el otro ordenamiento jurídico. El traductor necesita conocer estrategias para salvar esas distancias. Tiene que saber cómo transmitir y explicar estos conceptos sin borrar el hecho de que son extranjeros (la traducción jurídica no es localización, donde sí se busca adaptar el texto a la cultura de destino).
📚 Capacidad de investigación
Un traductor no puede saberlo todo, pero lo que no sabe, tiene que ser capaz de averiguarlo. Por ello, tiene que tener buenas dotes de documentación.
🔎 Atención al detalle
En textos jurídicos, los pequeños errores pueden tener consecuencias importantes, así que el traductor debe ser muy preciso y revisar minuciosamente su trabajo.
🔏 Confidencialidad y seguridad
Por las manos del traductor jurídico pasa información sensible y confidencial, por lo que debe contar con prácticas adecuadas de protección de datos.
📝 Capacidad de redacción
Para transmitir el significado del texto original de forma clara, precisa y con el estilo adecuado, el traductor tiene que redactar bien.
🔣 Gestión terminológica
Los textos jurídicos contienen muchos términos especializados. Esos términos se deben traducir siempre de forma coherente para no dar lugar a confusión. Para ello, el traductor necesita un sistema de seguimiento para comprobar cómo ha traducido cada término.
💻 Herramientas informáticas que facilitan la tarea al traductor jurídico
Se puede traducir a la vieja usanza. Poder, se puede. Pero la tecnología nos permite traducir de forma más rápida y con mayores garantías (yo siempre utilizo mi herramienta TAO y herramientas de control de calidad).
⛑️ Seguro de responsabilidad civil
El traductor jurídico trabaja con textos importantes en los que un pequeño error puede tener consecuencias muy reales para su cliente. Asume una gran responsabilidad, así que mejor estar cubierto.
Como ves, los traductores jurídicos deben tener una preparación muy completa. Si encuentras a uno que cumpla con estas características, ¡no lo sueltes!
Si necesitas textos jurídicos bien traducidos, puedo ayudarte.