Controles de calidad en la traducción

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Rebecca Porwit Läänemägi

Traductora jurídica, financiera y académica.

Los mejores acompañantes de cualquier traductor: el diccionario jurídico de Alacraz Varó y un perro.

La traducción es una labor compleja:

  • No se debe omitir o añadir información en el texto de destino.
  • La terminología tiene que ser correcta y utilizarse de forma coherente.
  • Hay que tener en cuenta las indicaciones específicas del cliente.
  • Las cifras, códigos, nombres y fechas deben estar correctas.
  • No puede haber fallos gramaticales ni de puntuación.
  • El texto debe poder leerse bien y tiene que fluir con naturalidad.

¿Cómo hacemos los traductores autónomos para no perder la cabeza con tantos detalles?

Es importante contar con un proceso de control de calidad. Por eso, yo tengo un sistema que sigo siempre para minimizar fallos y asegurar la calidad de mis traducciones.

Sigue leyendo si quieres conocer mi proceso.

Paso 1: Antes de empezar: evaluación del texto

Cada texto es un mundo y tendrá diferentes particularidades a la hora de traducir. Antes de presupuestar y confirmar un proyecto, siempre tengo que revisar el texto origen. En este paso, miro:

  • Idiomas. La traducción debe ser en una de mis combinaciones de idiomas (inglés, español o estonio a inglés o español). Si no lo es, quizás pueda recomendarte a un compañero o compañera.
  • Plazo. Una traducción humana de calidad requiere tiempo, tanto para la parte de traducción como para la parte de revisión.
  • Formato. Un documento Word no tiene complicación, pero si es un PDF, ya sé que necesitaré pasarlo por un programa OCR y puede que incluso requiera maquetación.
  • Ámbito y complejidad terminológica. Solo trabajo en aquellos ámbitos en los que sé que puedo hacer un buen trabajo (en mi caso, textos jurídicos, financieros y académicos). Si es un ámbito con el que no estoy familiarizada, intentaré recomendarte a alguien de fiar que se pueda encargar.
  • Confidencialidad. Es importante valorar si el documento contiene datos personales o información sensible. Si es el caso, sé que no puedo pasarlo por ninguna herramienta que pueda poner en riesgo la seguridad de esos datos (por ejemplo, herramientas de inteligencia artificial, traducción automática, herramientas gratuitas en línea o entornos de traducción en la nube).

Paso 2: Durante la traducción

Uno de los errores más fáciles de cometer a la hora de traducir es omitir parte del texto. Este problema prácticamente se resuelve con la utilización de una herramienta TAO.

Las herramientas TAO (CAT tools, en inglés), son programas de traducción asistida por ordenador. ¡Ojo! No confundir con la traducción automática: son cosas distintas. La herramienta TAO no traduce por ti, sino que te proporciona un entorno para la traducción y el control de calidad.

La herramienta TAO que yo utilizo es Trados Studio, una de las más reconocidas y complejas del mercado.

Siempre que puedo, utilizo Trados para traducir porque hace lo siguiente:

  • Me divide el texto en segmentos (fragmentos) y me coloca cada segmento del texto origen al lado del segmento (vacío) del texto de destino.
  • Me conserva el formato del texto original (siempre que sea un formato editable y legible por máquinas, claro).
  • Integra bases terminológicas o glosarios que utilizo de referencia mientras traduzco.
  • Crea memorias de traducción, que son bases de datos de traducciones anteriores que puedo reaprovechar. Esto garantiza coherencia en la traducción, sobre todo en textos repetitivos o documentos similares.

Paso 3: Revisión

El proceso de revisión (ojo: enlace de descarga de PDF) es fundamental y nunca se debe obviar. Sirve para detectar errores y problemas, asegurar la coherencia, comprobar cifras, reformular partes que lo necesiten e introducir toques finales.

De hecho, si el texto se va a publicar o es un texto crítico, es importante contar con otra persona para revisar. Todo el mundo (incluida yo) tenemos puntos ciegos. Yo cuento con varios revisores de confianza que corrigen mis errores y mejoran mis textos.

Cuando reviso yo, utilizo diversas técnicas de revisión combinando herramientas de revisión automática con técnicas de revisión manual.

Dentro de la fase de revisión automática, hago lo siguiente:

Cualquier fallo detectado, tiene que corregirse dentro del archivo de Trados (conocido como SDLXLIFF). Como las herramientas de corrección automática siempre sacan falsos positivos, es importante revisar las sugerencias que dan una a una.

Mi proceso de revisión manual va por partes. Hago múltiples rondas fijándome primero en los problemas de traducción que he tenido en la etapa anterior, y voy valorando si la solución me parece adecuada o si hay que investigar más. También miro cuestiones específicas como:

  • Títulos y encabezados.
  • Nombres.
  • Fechas y números.
  • Formato.

Y, por supuesto, no puede faltar una última lectura global para fijarme en que el texto se lee bien, fluye y que todo se entiende. El texto tiene que ser adecuado a su fin, teniendo en cuenta las características del lector final.

En conclusión

La traducción es un proceso complejo que no se puede automatizar (al menos, no del todo). Hay herramientas que ayudan mucho con el control de calidad, pero al final tiene que quedar un texto bien escrito y adecuado a su finalidad.

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Si necesitas ayuda para traducir textos del español, inglés o estonio al español o inglés, no dudes en contactar conmigo. Me especializo en textos jurídicos, financieros y académicos, pero también tengo una red de colegas a los que puedo recomendar si buscas otra cosa.

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